martes, 11 de octubre de 2011

Puente de Piedra de Logroño, su Historia


El Puente de Piedra de Logroño es uno de los cuatro puentes que atraviesan el río Ebro a su paso por la capital riojana. También es denominado como Puente de San Juan de Ortega, en referencia a la capilla que existía en su margen izquierda (en honor al santo que tradicionalmente se cree constructor del puente original). La construcción actual, de Fermín Manso de Zúñiga, data de 1884, tras el derrumbe del antiguo puente en 1871. El puente de piedra es uno de los símbolos de la ciudad, apareciendo en su escudo y siendo el lugar de entrada del Camino de Santiago a la ciudad.



Tiene 198 metros de largo y 7 arcos entre pilares cilíndricos, para dejar paso a la mayor cantidad de agua posible. Los arcos, con bóvedas elípticas, tienen luz variable de entre 21,50 y 31,50 metros. El coste proyectado por Fermín Manso fue de 250.000 pesetas. La obra se realizó en dos fases: 1882 y 1883 y fue terminada en 1884. Su inauguración se hizo el 11 de junio de ese año, coincidiendo con las festividades locales de San Bernabé. En 1917 fue ampliado con andenes de hormigón armado a ambos lados para su utilización peatonal, ampliando así el espacio para el tráfico rodado.
En 1775 una gran riada que duró entre el 19 y el 21 de junio cubrió todo el puente, provocando el derrumbamiento del primer torreón. En 1835, durante la primera guerra civil carlista, se cortó uno de los arcos y se sustituyó por un puente levadizo. En 1850 se terminados por derruir el resto de torres en ruinas. El 10 de enero de 1871, otra crecida en su parte izquierda obligó a tomar la decisión de demoler sus tres últimos arcos, que fueron sustituídos por dos nuevos. Las obras se adjudicaron el 17 de agosto de 1878.
Sin embargo, el día 9 de agosto de 1880, el paso de una sección de artillería rodada hace que el paso provisional de madera construido se venga abajo, impidiendo el paso entre ambas orillas. Para solucionarlo, el cuerpo de pontoneros del ejército instaló una plataforma de más de 63 metros de superficie hecho con dos barcas unidas mediante vigas. Una tragedia ocurrió el 1 de septiembre cuando la barca estaba cruzando al Regimiento de Infantería número 23. Ésta zozobró debido al desigual reparto de peso, lanzando a los soldados al agua. 90 de ellos murieron, presos de pánico, pese a que el agua no llegaba a cubrirles completamente.
Debido a este accidente, el Gobierno atendió con mayor urgencia la necesidad de comunicación entre ambas riberas, construyéndose un puente de madera provisional denominado "Sagasta". El 24 de octubre de 1881, la empresa Maquinista terrestre y Marítima de Barcelona proyectó el actual puente de hierro en ese mismo emplazamiento, con un coste de 909.337,46 pesetas. Fue inaugurado en 1882.
Para el puente de piedra, el ingeniero Fermín Manso de Zúñiga proyectó una reconstrucción completa con los 7 arcos actuales. Según planos del ingeniero, los 12 arcos del antiguo puente eran ojivales aguas arriba y de medio punto aguas abajo, sugiriendo que había ampliado en sucesivas veces. Las cimentaciones del antiguo puente sirvieron para apoyar las cimbras de la nueva construcción.

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